Procesionaria del Pino (thaumetopoea pitycampa)
La procesionaria del pino (Thaumetopoea pitycampa) es una plaga muy extendida en nuestra región, pudiendo encontrarse en otras coníferas como el abeto o el cedro. Tiene un desarrollo dividido en varias fases: huevo, oruga, pupa e imago (mariposa). El apareo de éstos insectos tiene lugar en verano, cuando la hembra deposita los huevos en las copas de los árboles anteriormente mencionados, que eclosionan tras 30-40 días, generalmente entre los meses de septiembre y octubre. Las orugas suelen permanecer toda su fase larvaria sobre el mismo árbol, abandonándolo únicamente para su transformación en crisálida o bien para establecerse en otro árbol contiguo. Éstas larvas se alimentan de las acículas de los árboles, produciendo su debilitamiento y defoliación. En el primer estadío larvario, las orugas construyen conjuntamente pequeñas bolsas de seda con función de refugio colectivo, bajo ningún concepto se han de tocar o manipular, siempre ha de recurrirse a personal especializado.
El tercer estadío larvario comienza con la fabricación de «bolsones» más densos, que fabrican para el invierno. Permanecen en su interior durante el día, abandonándolos al atardecer para alimentarse. Es en el quinto estadío larvario cuando las orugas son más voraces. Tras 30 días desde que comienza ésta última fase -generalmente entre los meses de febrero y abril-, las orugas descienden al suelo formando una hilera, la cual da origen a su nombre común procesionaria. Finalmente se entierra en el suelo, donde se transformará en crisálida. En verano eclosionarán y transformarán en maripos
as. La vida en ésta última fase se muy breve, máximo dos días, el tiempo preciso para aparearse y dar comienzo a un nuevo ciclo.
Las poblaciones de procesionaria puede llegar a niveles muy elevados y
defoliar intensamente los árboles, pudiendo reducir el crecimiento de las plantaciones de pinos, pero más importante aún es su peligrosidad para humanos (especialmente niños) y animales por ser altamente urticantes al contacto, pudiendo producir desde irritaciones cutáneas y de mucosas de diferente consideración, hasta daño bronquial e incluso anafilaxia severa en los casos más graves. Es por ello que nunca debe manipularse y
recomendamos que contacte con nosotros para que nuestro personal cualificado lo valore y pueda asesorarle.
Para controlar las poblaciones de esta especie se utilizan medios físicos, químicos y/o biológicos. S
egún el Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios. Para su
tranquilidad, contamos con la certifiación de la Junta de Andalucía.
Déjelo en nuestras manos.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!